A raíz de la directiva europea, que en su momento señaló dos años para que cada país adecuara esta normativa a sus leyes internas, algunos países como Francia ya lo han hecho y ya se encuentra vigente los cobros a diferentes plataformas como Google, Youtube y Netflix.
Este proceso, ha sido beneficioso para muchos otros países que cuentan con esto como antecedente, para modificar sus leyes y reglamentaciones internas, independientemente de no pertenecer a la comunidad económica europea, y a los efectos también de practicar el cobro y distribución de derechos por el uso de obras audiovisuales de todo tipo en los servicios digitales de comunicación pública que se brindan a través de internet y de diferentes servicios de televisión por cable, que se basan en tecnologías digitales transportadas y operadas vía internet.
Cabe señalar, que el actual escenario de la pandemia provocada por el COVID-19, ha generado una audiencia generalizada de público – debido a las cuarentenas obligatorias en todo el planeta – y un consumo masivo de obras audiovisuales, lo cual ha acelerado el proceso del cobro a estas plataformas que venía demorado pero siendo muy demandado por autores, guionistas y directores de todo el mundo.
Indudablemente, se pone de manifiesto la gran importancia que tiene en esta era y este nuevo paradigma digital, la importancia tanto de películas como de series y otro tipos de programaciones que poseen derechos de autores audiovisuales, los cuales deben ser debidamente remunerados como lo marca la campaña de una justa remuneración que la mayoría de las entidades de gestión colectiva del mundo, han comenzado hace ya varios años.
Esperamos que todos los esfuerzos realizados sean comprendidos a nivel global, en tanto y en cuanto el acompañamiento del éxito de una obra por parte de sus autores, es la base de una justa y merecida remuneración por la exhibición pública de estas obras.
